Tres años de calvario por culpa de una foto en Facebook
Seguro que han escuchado en más de una ocasión los continuos consejos que dan los
expertos sobre la vulnerabilidad de las redes sociales, respecto a la protección de la intimidad de cada usuario.
De ahí que se aconseje que no se den datos relevantes sobre la vida privada y que se mantenga una protección elevada con respecto a quién puede acceder a nuestros datos y ver todo aquello que publicamos.Fotografia de Neda Soltani a la izquierda y la verdadera victima Neda Agha Soltan a la derecha BBC News
Hoy traemos la historia de una mujer iraní llamada Neda Soltani que ha vivido un auténtico calvario durante los últimos tres años, y todo por culpa de una fotografía suya que alguien tomó sin permiso de su cuenta personal en Facebook.
El inicio del relato nos sitúa en el 20 de junio de 2009 en Teherán, en el que durante el transcurso de unas protestas ciudadanas contra las elecciones presidenciales de Irán, una joven estudiante de 26 años llamada Neda Agha-Soltan recibió un tiro de un francotirador, convirtiéndose en el símbolo de la lucha del pueblo iraní.
En la era de la tecnología en la que estamos viviendo, en lo que todo lo que ocurre es trasladado rápidamente a las redes sociales a través de tweets, fotografías en instagram o vídeos grabados con el móvil y subidos a Youtube, se filmó la agonía de la chica, mientras estaba tumbada en el suelo y los presentes intentaban socorrerla.
Ese fue el principio de un largo calvario que tuvo que vivir Soltani, al ver como su propia fotografía se dispersaba por todo internet, diarios y noticieros de televisión. No se explicaba cómo su foto de perfil podía haber llegado hasta allí y era utilizada en pancartas y poster encumbrándola como una mártir nacional.
Su móvil no dejaba de sonar y a su buzón de correo electrónico llegaban centenares de emails. Neda consiguió contactar con varios blogueros que rápidamente comenzaron a publicar en sus respectivas páginas que se trataba de un error y que la mujer de la fotografía no era en realidad Neda Agha-Soltan.
Pero el daño ya estaba hecho y los medios de comunicación internacionales omitieron este dato, a pesar de que ella contactó con ellos, y siguieron colocando la misma fotografía en todos sus boletines informativos y diarios.
Manifestantes portando la fotografia de Neda Soltani
Tres días después unos agentes del servicio de inteligencia iraní se presentaron en el domicilio de Neda Soltani con el propósito de que ésta colaborase con el gobierno e hiciera unas declaraciones públicas en las que dijese ser Neda Agha-Soltan y confesase ante los medios que su muerte se había tratado de un montaje realizado por enemigos exteriores procedentes de la Unión Europea y Estados Unidos.
Pero Neda se negó a colaborar y ese fue otro paso más en la fatídica pesadilla que le venía encima. Tras explicar a sus amistades cómo los miembros de inteligencia gubernamentales le habían ofrecido realizar las declaraciones, sus conocidos, e incluso su propio novio, se fueron alejando de ella, debido al miedo a padecer alguna represalia por parte de las autoridades iraníes.
La siguiente visita de los agentes ya no fue tan cordial como la primera y esa vez se las llevaron hacia las dependencias ministeriales bajo la acusación de ser una traidora a su país y estar al servicio de la CIA como espía.
Fue presionada para firmar una confesión, pero sabía que si lo hacía el gobierno limpiaría su imagen, pero a ella le esperaría una sentencia de muerte.
Gracias a unos pocos amigos leales logró reunir una pequeña cantidad de dinero (11.000 euros) y con él sobornar a un agente de seguridad del aeropuerto que la dejo pasar y así poder salir del país.
Tras un periplo por Turquía, Grecia y Alemania, en donde le proporcionaron asilo político durante un tiempo, finalmente llegó a Estados Unidos, donde actualmente ejerce como profesora en una universidad (el mismo empleo que tenía en Teherán).
Neda Soltani acaba de publicar un libro titulado 'Mi rostro robado' (My Stolen Face) en el que relata todo el calvario vivido durante estos tres últimos años alejada de su país y sus seres queridos y en el que acusa directamente a los medios de comunicación occidentales de no haber rectificado a tiempo, tal y como ella les pidió desde un principio.
Hoy en día aún son muchos los medios en los que se sigue publicando la fotografía de Neda Soltani en lugar de poner la de la verdadera víctima.
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